Desfile 15 de Septiembre Antigua Guatemala
Foto: Luis Toribio 

Esta mañana el tradicional desfile cívico recorrió las principales calles de la ciudad colonial, con la participación de los diferentes centros educativos del nivel diversificado, en Conmemoración del 195 Aniversario de la Independencia de Guatemala.

El 15 de Septiembre en la Historia de La Antigua Guatemala

Haciendo un recorrido por la historia, el Cronista de la Ciudad,  Carlos Enrique Berdúo Samayoa,  hace mención a los acontecimientos que marcaron los inicios  en la expresión del fervor patrio,   en la Celebración del 15 de Septiembre. Samayoa refiere  que  estas celebraciones  se iniciaron  con una participación educativa, a raíz de todos los procesos que se dieron,  derivados de la Revolución Liberal de 1871 en Guatemala,  cuando la educación se proclama como un derecho, laico, gratuito y obligatorio.

En las primeras décadas del Siglo XX,  durante el régimen del Presidente  Jorge Ubico, los desfiles en Celebración del 15 de Septiembre  adquirieron un cierto carácter militar; esta fecha era esperada con cierta  algarabía,  por ser un acontecimiento que iba marcando la vida de esta ciudad.  La Plaza Mayor, el  escenario  en donde se realizaba una concentración cívica por la tarde  del día 14,  y cuando el reloj -que existía en aquella época-  del Palacio del Ayuntamiento marcaba las 6pm,  se escuchaban los acordes de la granadera,  entonados por la Banda Departamental, se quemaban bombas al izar la bandera nacional,  mientras se entonaba  el Himno Nacional.  Posteriormente se realizaba un breve desfile alrededor de la plaza, seguido por un concierto de marimbas, quema de toritos y luces,  en un ambiente de familia.

El Ayuntamiento celebraba una sesión solemne y en ocasiones,  la misma se hacía cerca de la media noche, dando lectura al Acta de Independencia; también cabe mencionar que  en la década de los años 60, el Alcalde se trasladaba al campanario del Templo de San Francisco,  y a la media noche  tocaba la campana mayor, el número de veces  que se estaba conmemorando el  efeméride patrio.

Después del terremoto de 1976 y tras el conflicto armado interno que vivió nuestro país, a inicios de los 80,  trajeron algunos cambios en dicha celebración, adaptándose a un ambiente de tiempos de paz. Para muchos,  La Antigua Guatemala se convirtió  en un destino  para venir a recoger el fuego patrio el 14 de septiembre con sus antorchas, que en la actualidad,  ya es un evento a nivel nacional.

Fuego Patrio

La tradición de llevar  las antorchas con el fuego patrio en vísperas del 15 de septiembre, se origina cuando se construye  el Monumento a los Próceres, al final de la Avenida de la Reforma en la ciudad capital de Guatemala. En dicho monumento se había instalado una llama permanente,  que era alimentada por gas, la “Llama Eterna de la Libertad”,  y fueron los estudiantes del INVAL,  de La Antigua Guatemala, quienes encabezaron esta tradición,  llevando el fuego de libertad desde la capital hasta su lugar de origen.

Tiempos Dorados

Con reminiscencia  a esos desfiles de los tiempos dorados, en los que participaron centros  educativos como: Instituto Normal de Varones de La Antigua Guatemala -INVAG-, en la actualidad INVAL, también el Instituto Normal para Señoritas de La Antigua Guatemala –INSAG-, actualmente INSOL, el Mercantil Antigüeño, la Escuela de Aplicación J. Adrián Coronado, Luis Mena,  Antonio Castro y Escobar y Colegio Constancio C. Vigil; acontecimientos cívicos de mucha importancia en aquella época de antaño de La Antigua Guatemala.

Bajo las  circunstancias del pasado, la celebración del 15 de septiembre se vivía con solemnidad,  pero con porte rigurosamente marcial;  hoy en día existe una participación con gran expresión creativa, una expresión cívica acorde a nuestros tiempos de paz.

“Somos privilegiados de vivir en un sitio excepcional como La Antigua,  referente de la cultura universal, tenemos el deber y compromiso,  no solo de conservar este entorno arquitectónico e histórico, sino también la preservación de estos valores,  y uno de esos el amor profundo y orgullo de ser antigüeño, que se traduce en un orgullo de ser guatemalteco”, concluyó  Carlos Enrique Berdúo, Cronista de La Antigua Guatemala.

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